Me dice el señor WordPress que Hola Taipei acaba de cumplir 3 años.
¡Cómo pasa el tiempo!
Recuerdo el momento en que registré este blog. Los recuerdos de aquellos días son todavía muy vívidos en mi mente, tanto como si hubiesen sucedido hace tres meses en vez de hace tres años. Posiblemente tuviese todos mis sentidos más receptivos de los normal, seguramente debido a los nervios, el incremento de la velocidad con que los cambios se fueron sucediendo uno tras otro, una aceleración parecida a la de la bola de nieve que baja rodando por la ladera de una montaña y que se va haciendo más y más grande y baja rodando más y más rápido.
Recuerdo que era un caluroso día en Madrid, en la habitación de un piso que habíamos alquilado para tres meses con unos compañeros que también se irían con la beca ICEX. Eran los tres meses previos a mudarme a Taipei, y que fueron posiblemente los tres meses más largos de mi vida. Ese fue el primer cambio, un cambio de ciudad con fecha de caducidad de tres meses. Pronto vendrían el segundo cambio de ciudad, el cambio de país, continente, idioma, y lo más importante, un cambio de filosofía, un «cambio de chip».
Tres años más tarde no soy la misma persona que escribía ese «Hola mundo», no puedo serlo. En tres años he aprendido tanto como lo que había aprendido durante mis primeros 26. He tenido la oportunidad de poder ver lugares que hace tres años no creería que fuesen de este planeta o de este tiempo, y conocer gente que nunca hubiese conocido si no hubiese andado este camino. Y además estoy aprendiendo un idioma que no era más que una exótica idea en mi cabeza hace unos pocos años.
Si bien el ritmo diario no deja dedicarme al blog todo lo que querría, sigo en mi empeño de ir explicando y presentando Taiwan a todo aquél quien que tenga interés en este bello país. Así que seguiré escribiendo este blog tanto como pueda. Y si de entre todos los lectores puedo convencer a alguno de vosotros para que toméis un vuelo y os plantéis en el aeropuerto de Internacional de Taoyuan, estoy seguro que no se arrepentirá de haber hecho este viaje.
Gracias a aquellos que me venís leyendo durante este tiempo, y a los que acabáis de llegar, bienvenidos, y poneos cómodos.