El Templo Ogon, situado cerca de la antigua mina de oro, en Jiguashi, también es conocido como el Santuario de la Niebla, o el Santuario de los espíritus de la montaña.
Cerca del pueblo de Jioufen, del que ya hablé en una entrada anterior, existe un complejo conocido como parque ecológico del oro, o Gold Ecological Park. Este complejo, permite visitar los restos de una antigua explotación minera, establecida por los japoneses durante la ocupación de Taiwán. Este centro, del que ya hablaré en alguna entrada más adelante, está situado en el valle de Jinguashi (金瓜石), he incluido un mapa al final de esta entrada. Desde el complejo, cerca de la entrada del sector de la mina abierto al público, nacen unos escalones que ascienden y se adentran en la vegetación de la montaña, sin poder verse dónde van a parar.
Después de no más de 10 minutos subiendo escalones, el estado de éstos empieza a ser algo más precario, encontrándonos en el último tramo con unos escalones sacados de otra época, coronados por una puerta Torii, elemento que típicamente sirve de preludio a los tempos shinto japoneses, y dos linternas Toro. Todavía es necesario subir unos cuantos escalones más para llegar a las puertas de los restos del templo.
Del templo Ogon prácticamente no queda nada en pie, salvo varias filas de columnas que aguantaron en su día la estructura, así como el suelo y algun altar de piedra. No obstante la solemnidad del lugar es sobrecogedora, especialmente si se visita en uno de los numerosos días que hay niebla en la zona (por ello uno de sus varios nombres). Por otro lado, si la climatología es menos romántica y más agradable, con el cielo despejado desde el templo hay unas vistas preciosas del valle.
En resumen, vale la pena alejarse un poco de la ruta principal Yeliu-Mina-Jioufen para perderse por este paraje, que bien podría ser el escenario de una de las fantásticas historias de Edgar Allan Poe.