No es ningún secreto que Taipei está inmerso en un proceso de inflación de los precios de la vivienda que presenta muchos síntomas de una burbuja a causa de una incontrolada especulación inmobiliaria. Los precios de ésta han subido de una manera meteórica, y está sucediendo lo mismo que se pudo ver en España hace unos años. Unos pocos propietarios aglutinan la propiedad de una gran cantidad de pisos, mientras que un trabajador necesita más de una vida para pagar una vivienda en la ciudad.
Otra cara de esta potencial burbuja, es el feroz afán de crear suelo urbanizable en la ciudad donde en ocasiones no lo hay, o donde lo ocupan infraestructuras que no generan un beneficio claro para todo aquél metido en el negocio. En muchos casos se trata de antiguas viviendas, o edificios de 1 o 2 plantas que albergan talleres o tiendas, en algunos de los barrios más antiguos de Taipei, como sucedió con la antigua comunidad de Huaguang, ahora ya derribada.
Además del rechazo de la clase trabajadora taiwanesa, son varias las voces de varios artistas que han decidido utilizar el arte como medida de rechazo y denuncia de los abusos que este proceso está comportando. Hace unas pocas semanas tuve la oportunidad de visitar una instalación creada por los chicos del «Equipo artístico de la fábrica de tapones de botella de Nangang», quienes normalmente utilizan la antigua fábrica abandonada como escenario de muchas exposiciones y actuaciones.
En esta ocasión, aprovecharon las instalaciones de Wolong Village, situada en la céntrica avenida de Heping, para albergar una exposición centrada en como el proceso urbanístico que Taipei está viviendo está arrancando las raíces arquitectónicas que en muchos casos representan el pasado y la historia reciente de la ciudad y del país. Aunque este objetivo podría parece pretencioso, no está para nada fuera de lugar, viendo lo que el ayuntamiento de Taipei ha hecho con la Comunidad de Huaguang, una comunidad de viviendas que se construyó para albergar a los soldados y familias que emigraron junto con el gobierno de Chiang Kai-Shek, cuando los nacionalistas perdieron la guerra civil China y se refugiaron en Taiwan.
La exposición se llamó «Nubes sin raíces. Una isla en estado amnésico», un nombre que ya indica por donde van las intenciones. En ella varios montajes reflejan las marcas que el hipertrófico desarrollo de este mercado ha dejado en la ciudad de Taipei. Durante la visita, tuvimos la ocasión de hablar con Rebecca Lin, la encargada de la gestación de esta exposición, quien nos explicó las diferentes secciones de la muestra y su relación con el entorno.
Este montaje ya acabó, pero se puede continuar visitando Wonfong Village, y la «Fábrica de tapones de botella» de Nangang, donde regularmente se realizan actividades culturales y artísticas.
Se puede encontrar más información sobre la exposición en su web y facebook.