No es ningún secreto la enorme influencia que Japón ejerce sobre Taiwán. Desde el plano gastronómico hasta el cultural, los casi 50 años de ocupación dejaron una huella imborrable en las tradiciones y gustos taiwaneses, asimilando lo japonés prácticamente como propio. Desde entonces, Taiwán observa constantemente el archipiélago nipón y todo lo que en él se desarrolla.
Un claro ejemplo es el amor que profesan las jóvenes taiwanesas al robot-gato Hello Kitty, presente absolutamente en todos los rincones de la isla, y que incluso cuenta con restaurante temático propio, una puerta en el aeropuerto de Taoyuan, y varios aviones tematizados.
El manga y la animación provenientes del País del Sol Naciente son otros de los referentes culturales de la juventud taiwanesa, y si hay un representante universal de esta animación, es sin duda el Studio Ghibli, y su celebérrimo personaje Totoro.
No son de extrañar pues, las largas colas que se formaron delante del centro comercial ATT4FUN, cuando hace unas semanas abrió sus puertas Donguri Republic (どんぐり共和国), una tienda especializada en todo tipo de merchandising y productos inspirados en las películas del maestro Hayao Miyazaki.
La tienda es el sueño de cualquier seguidor del Studio Ghibli. Además de las propias películas y libros de ilustración, se puede encontrar todo tipo de merchandising con los personajes de las películas. Desde ropa y puzzles, hasta macetas, tazas y otros utensilios para el hogar.
El propio Totoro da la bienvenida a la tienda (bueno, a su manera).
La relación entre Taiwán y el Studio Ghibli no empieza aquí. Se dice que Hayao Miyazaki se inspiró en el pequeño pueblo de Jiufen, en las afueras de Taipei, a la hora de ambientar algunos de los escenarios de El Viaje de Chihiro, una de sus películas más populares. Jiufen es sin lugar a dudas, un pueblo con un encanto especial que merece la pena visitar si se viaja a Taipei.