Aquellos que me conocen saben que tengo una virtud y un defecto que se convierten en dos defectos cuando se combinan. La primera es que me gusta meterme en cualquier fregado que se tercie, digno de ser probado. Ésto a veces lleva a buenos resultados, y otras veces a no tan buenos, pero siempre es divertido probar. La segunda, es que no se decir no.
Así que os podéis hacer una idea de cuál fue mi respuesta cuando la gente de la escuela de cocina Skills, en Taipei, me ofreció impartir clases de cocina española. No sólo no supe decir que no, si no que realmente me alegré muchísimo que me ofreciesen esa oportunidad de compartir algo propio de mi casa, en un lenguaje que, pese a su gran diversidad, no entiende de fronteras, como es el disfrutar de unos buenos alimentos. Además, cocinar es algo que me encanta, y poder compartirlo con gente de una cultura tan diferente como la taiwanesa me parece una oportunidad única.
Después de enviar varias propuestas, finalmente el menú consistirá en cuatro platos diferentes: en unos mejillones a la marinera, una tortilla de patatas, marmitako de atún y para rematar unas torrijas de postre. Como me pareció mucha comida para el cuerpo sin tener nada con lo que mojar, pregunté, y desde Skills me comentaron que durante la clase, se servirá un buen vino para que los asistentes no pasen sed, faltaría.
Si alguno de vosotros se siente tentado, puede encontrar más información en el enlace del curso, al que han bautizado como Barcelona Bistro.
Para que os hagáis una idea de lo que cocinaremos, aquí adjunto las fotos de los platos que preparé el día de la sesión fotográfica. ¡Espero que os gusten y os tienten a apuntaros!
Y para rematar, os dejo una foto del profesor aquí presente, esperando que no ahuyente a los posibles alumnos que estén pensando en apuntarse.
Las clases se impartirán en un popurrí interesante de chino, inglés y español (lo mejor que pueda hacerlo), y para el mes de Octubre, hay dos programadas, las mañanas del Sábado 12 y del Domingo 27.
¡Allí os espero!