La calle Yongkang es muy popular entre locales y visitantes por sus restaurantes y cafeterías. Pero más allá de las nubes de turistas, la calle Yongkang se extiende hacia el sur en dirección a la universidad de Shida, cerca del popular mercado nocturno. Este tramo menos conocido alberga una gran cantidad de galerías de arte y anticuarios.
En estas galerías se puede encontrar desde la clásica sala de exposiciones, con pinturas de artistas locales e internacionales, hasta anticuarios especializados en estatuas y figuras de arte chino. Entre unas y otras, se pueden encontrar también anticuarios de objetos de un arte menos exclusivos, pero de igual valor estético e histórico. Entre otras antigüedades, podemos encontrar fotografías, posters de películas chinas, libros, vinilos de décadas atrás y otros objetos cotidianos, en los que vale la pena perder el tiempo y rebuscar, para encontrar auténticas joyas, a precios muy bajos.
Un buen punto para empezar son los bajos del número 60 de la calle Yonkang (永康街), también conocido como Showacho Antiques, unas galerías de anticuarios que albergan una veintena de pequeñas tiendas, o incluso mostradores, llenos de antigüedades, fotografías, etc. En muchos casos son objetos cotidianos de familias taiwanesas de hace décadas. Radios, revistas, libros, fotos. Como si del Mercat dels Encants de Barcelona se tratase, uno puede mirar y remirar, hasta encontrar algún recuerdo de otras épocas, y para mí, de una cultura completamente diferente. Pequeños objetos cotidianos que de un empujón te sitúan en una improbable década de los 50 en las calles de un Taipei del que apenas queda nada más que estos objetos, y los recuerdos de quienes en ellas vivieron.
Entrar en estas galerías con interés, es entrar en la historia reciente y cultura de una gente que ha vivido mucho, que ha sido ninguneada y maltratada por demasiados países y en demasiadas ocasiones, y que ahora, consciente de su capacidad, poder y belleza, empieza a gustarse a sí misma, y mira adelante con ilusión, orgullosa de quien es.